El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer. Juan José Latorre
Nací en un pequeño pueblo a 70 Km de Zaragoza, perteneciente a la que, muy acertadamente, Sergio del Molino, llama “La España vacía”. En aquella época, mediados de los cincuenta, dos espacios mal comunicados y que se sentían lejanos y ajenos, social y culturalmente, uno del otro. En los años sesenta, la política de planificación franquista y su plan exagerado de industrialización, concentrado en las grandes ciudades, generó, en muy poco tiempo, unos desplazamientos forzosos de población hacia ellas. Tobed pierde esos años más de la mitad de la población, las posibilidades de estudios y desarrollo personal son escasas. Gracias a Don Daniel, maestro del pueblo, comienzo la preparación libre del ingreso al Bachillerato Elemental, posteriormente Superior, con las correspondientes Reválidas de la época. Comencé mis estudios con Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de 1953 y los acabé con la Ley General de Educación de 1970, conocida como Ley Villar Palasí. Desde muy joven tuve curiosidad por lo que ocurría a mí alrededor. Así, que decidí estudiar Geografía e Historia.El país vivía un proceso de cambio incierto y de transformaciones de todo tipo. El contacto con la inquieta Universidad de mediados de los setenta contribuyó, a que los de mi generación, nos cuestionáramos muchas cosas, teníamos necesidad de superar esa historia reciente que nos condicionaba y nos hacía diferentes, teníamos hambre de cambio y modernidad.Un tiempo convulso y expectante, como dice nuestro compañero escritor y amigo, Félix Teira“La Historia quedaba por escribir y nos creíamos actores imprescindibles. Todos estábamos legitimados, los hijos de los burgueses y los de los labradores, para aportar los sillares que sustentarían un país” Muchas cosas cambiaron en los años siguientes. En los ochenta seguíamos pensando que la Historia era un proceso continuo e irreversible de mejora. El triunfo del PSOE en las elecciones de 1982, trajo muchos cambios para el país, en 1985 una nueva ley de Educación, LODE, aporta más democracia a la enseñanza y antecede a la gran renovación que supuso La LOGSE en 1990. Los acontecimientos de los años noventa: caída del Muro de Berlín, derrumbe de la URSS y del sistema comunista en el este de Europa, abren una época nueva, el capitalismo especulativo presenta su cara más dura, y se demuestra que el progreso no es continuo, que las conquistas sociales son frágiles y que los derechos conseguidos se pierden con mucha facilidad. A partir de aquí, una cascada de leyes educativas: LOPEG (1995), LOCE(2002), LOE (2006), LOMCE (2013). Reformas y contrarreformas de las anteriores, conocidas y sufridas por todos, no asentadas y asimiladas, que han atendido muchas veces más a criterios políticos que estrictamente educativos, y crean mucha inquietud en el sistema educativo. El ejercicio de la profesión me ha llevado por diferentes destinos en la Comunidad Valenciana y en Aragón, siempre con la cartera llena de ilusión y ganas de aprender, antes de asentarme, esta última década, en el IES Pablo Serrano de Zaragoza. En el momento de la jubilación, siento satisfacción por la contribución a la formación de muchos jóvenes, a los que, quiero pensar, habré ayudado a desarrollar algún aspecto de sus personalidades, habré creado alguna nota de inquietud social o de interés por la cultura, con lo que me sentiré muy satisfecho, y como M. Luther King, nos enseñó a nosotros “I Have a Dream” a soñar y trabajar por un mundo mejor. Recuerdo con gratitud a los compañeros con los que aprendí a manejarme en la profesión. He procurado, desde un punto de vista abierto, transmitir amor a nuestra tierra y a nuestras raíces. Entre las señas de identidad de Aragón, destaco, de una manera interesada, el arte mudéjar. Aquí, el estilo adquiere una personalidad singular y auténtica, reconocida así por la Unesco en su declaración de diciembre de 2001 como Patrimonio de la Humanidad, que señaló especialmente seis obras, entre ellas la iglesia de Tobed, a la que os invito a visitar. Ahí, os espero para compartir con vosotros una caña y un instante de goce para los sentidos. Juan José Latorre Pérez. Profesor de Historia |
Queridos amigos: Recuerdo cuando vine a este centro por primera vez, lo bien recibida que fui por todos en general y por mi Departamento en particular. Esta acogida se acompañó de una frase que me dirigió mi jefe y después amigo, Javier Martinez: “Bienvenida a Pakistán” Cuando conocí su significado pensé:“ Uf, aquí hay mucho que trabajar”. Tras 14 años me alegra comprobar que la permanencia en el centro de estos alumnos "con necesidades" se ha normalizado y es aceptada por la comunidad educativa. Al fin y al cabo la escuela no es más que un reflejo de la sociedad donde todos hemos de tener cabida. Por eso, y en su nombre, doy las gracias a la Comunidad educativa y en especial a mis compañeros que han contribuido a este cambio de actitud aceptando, ayudando y trabajando junto con Orientación y en concreto con las PTs en beneficio de la igualdad y la inclusión de estos alumnos. Me alegra, por fin, haber salido de Asia y encontrarme ya en Europa.
Siempre os estaré agradecida por vuestra ayuda. Un abrazo muy fuerte de vuestra compañera.
Margarita Cuenca |
He llegado el final de una etapa importante de mi vida que comenzó en 1980 en el C.P. Gascón y Marín de Zaragoza. Desde entonces he pasado por varios centros de primaria y secundaria y de todos ellos guardo muy buenos recuerdos de alumnos y compañeros que siempre permanecerán en mi memoria (a no ser que el alzheimer me juegue una mala pasada). En el Pablo Serrano he pasado los últimos doce cursos como profesora de Pedagogía Terapéutica, trabajando con alumnos/as de necesidades educativas especiales. Recuerdo con nostalgia aquel septiembre de 2006 cuando llegué al Centro por primera vez y la buena acogida que tuve por parte de todos los compañeros y especialmente de mis compañeros del Departamento de Orientación, todos ellos gente estupenda y con verdadera vocación por la docencia. He compartido estupendos momentos con mis alumnos, intentando siempre que avanzasen cada uno de acuerdo a sus capacidades, tanto en su integración social y autonomía personal como en sus objetivos curriculares. Algunos de ellos han conseguido graduarse en ESO, otros realizaron una F. Profesional adaptada y algunos ya han conseguido su inserción laboral y todavía mantenemos el contacto. Lo que si es seguro es que yo también he aprendido mucho de ellos y que me han mostrado incondicionalmente su cariño. Por último, quiero dar las gracias a toda la comunidad educativa del Pablo Serrano: profesores, padres, alumnos y personal no docente de servicios y limpieza. Todos ellos me han ayudado y aguantado en mi labor profesional. Un abrazo y hasta siempre,
Elena Villalba |