DINO VALLS

DISECCIÓN DE UN AUTORRETRATO

 

El pasado viernes 17 de noviembre, los alumnos de 2º de Bachibac tuvieron la suerte de asistir a una charla de Dino Valls, uno de los artistas aragoneses con más proyección internacional, en una actividad organizada por el departamento de Francés del IES Pablo Serrano de Zaragoza.

Toda su pintura sería como un único autorretrato, fragmentado-secuenciado en cientos de obras, siempre en progreso y nunca acabado, mostrando aspectos proyectados desde su inconsciente (personal y colectivo), intelectualizados a través de su consciente contemporáneo.

Dino Valls nació en Zaragoza en 1959. Aunque con una fuerte afición por el dibujo, aprendida de su padre, no hizo estudios de Bellas Artes sino de Medicina. Sólo después de su licenciatura en Medicina en la Universidad de Zaragoza, decidió dedicarse profesionalmente únicamente a la pintura.

Sólo para elegir sus referencias y sus maestros, se considera un autodidacta.

Respecto a la evolución técnica y temática, tras una primera etapa de una pintura realista tradicional, años de necesario aprendizaje técnico, fue centrando sus temas en el ser humano desde un punto de vista más irreal, cercano al surrealismo.

En cuanto al proceso de elaboración de sus obras, suelen partir de una idea inicial, muy imprecisa a veces, sentida numinosamente como portadora de una especial carga psíquica. Viene después un periodo de aislamiento personal de días o semanas, en el que va generándose un estado de obsesión sobre el tema, durante el cual va realizando decenas de pequeños bocetos a lápiz en los que se va componiendo un escenario figurativo y verosímil que va intelectualizando el contenido inconsciente inicial mediante la impregnación consciente de la cultura y la razón.

Pictóricamente se declara más “Flamenco” en la técnica que utiliza, pero más “Italiano” en la idealización de lo representado.

El contenido conceptual de su pintura es difícil de definir verbalmente. Habría unas constantes generales que serían el estar centrada siempre en el ser humano, particularmente en su aspecto psicológico en constante conflicto, y el utilizar como soporte visual un escenario físico figurativo cuya verosimilitud responde, además de una particular pasión por el arte de los antiguos maestros, un medio de potenciar expresivamente la imagen.

Las figuras de sus cuadros suelen mirar a los ojos, los del pintor porque son autorretratos, y los del espectador porque son espejos.

Al terminar su intervención, los alumnos formularon preguntas al artista relacionadas con su proceso creativo y después, en clase de literatura francesa, valoraron positivamente este encuentro y recordaron el ojo mutilado en Un perro andaluz, en el que Buñuel “opera” el ojo como médico, no para quitar la vista, sino para sanarla; para que la mirada no sea pasiva y se quede en la superficie de las cosas, sino plural y poética.

Como escribió Juan V. Fernández de la Gala: “La pintura de Dino Valls es figurativa, realista en la factura pero profundamente surrealista y simbólica en sus contenidos. Se ha dicho que el artista no pinta cuadros, sino espejos. Y esto no solo es una frase feliz, sino quizá el mejor modo de definir su pintura: sus cuadros son tests proyectivos donde nos reflejamos nosotros mismos”.

 

Estamos seguros de que cada uno de nuestros alumnos vio, al finalizar la actividad, más nítida su imagen reflejada en el espejo.